En la entrada de hoy toca reflexionar
sobre ciencia. ¿Qué pienso de ella?
Si hace algunos años me hubieran pedido
respuesta a esta pregunta mis palabras hubieran sido: “la ciencia no es buena
ni mala”. Así de simple. Según mi yo pasado, la ciencia seguiría su método, ese
que había estudiado en materias como física y química, y se desarrollaría
porque sí. Es decir, el científico se encargaría únicamente de hacer
ciencia por amor al arte. Sin seguir modas y abstrayéndose de la sociedad que
le rodea.
Hoy pienso, ¿es así? ¿es neutra la
ciencia? ¿se desarrolla independientemente a como lo hace la sociedad? ¿existen
intereses que marquen su estudio y/o desarrollo?
Hace algunos días leía un artículo sobre
anuncios de televisión y ciencia. La nueva moda parece ser repetir palabras
como “ciencia” o “avalado por científicos” tantas veces como sea posible a lo
largo del anuncio para poder captar la atención del consumidor. Y es que los
empresarios parecen haber encontrado su gallina de los huevos de oro. Los
consumidores confían en la ciencia, ¿por qué no iban a hacerlo? La ciencia está
detrás de grandes descubrimientos que han ayudado a la humanidad a
sobrevivir. Los publicistas explotan esta faceta de la ciencia
intentando convencer al consumidor de que su producto es el mejor y lo hacen a
través del uso de palabras técnicas o imágenes de personas con una bata blanca
que simula trabajar en sus productos. ¿Qué hacen los científicos que
realmente han trabajado en muchos de los productos que se publicitan mediante
engaños? ¿Por qué, tras visualizar el anuncio, no denuncian esta situación? ¿Es,
en este caso concreto, la ciencia neutra? ¿O se mueve por intereses personales
como pueda ser cobrar el sueldo del mes?
Entraré en lo que considero terreno
farragoso. La cura de ciertas enfermedades, como el cáncer. Personalmente le
debo mucho a la ciencia. Seguramente sin sus avances no estaría escribiendo
esta entrada. Aun así, hay ciertos días que me pregunto, ¿de verdad no se
encuentra una cura para esta enfermedad? ¿no hay nada mejor que una
quimioterapia? Recuerdo que en mi primer diagnóstico (soy paciente de
leucemia), una enfermera me comentó el dineral que costaba una de las tantas
bolsas de quimio que me ponían. ¿Había empresas que se enriquecían gracias a mi
enfermedad? ¿era neutra la ciencia en este caso? Estas empresas amasaban dinero
poniéndome quimios de una semana durante varios meses. Su interés, a priori,
parecía económico. ¿Y que había de los científicos contratados para desarrollar
este tipo de medicamentos? ¿Tendrían potestad para abrir líneas de
investigación que buscarán la eliminación de estos tratamientos tan invasivos?
¿Mueren, antes de nacer, ciertos descubrimientos por no ser buenos generadores
de ingresos?
Es la desconfianza que me genera
concretamente la ciencia médica y siendo honesta debo admitir que esa
desconfianza procede de mi yo enferma.
Los que han leído este blog saben que mi
formación es científica y, actualmente, me dedico a la docencia en institutos
de educación secundaria obligatoria. A pesar de lo comentado anteriormente, mi
opinión sobre la ciencia es favorable, pero también pienso que un exceso de
confianza en ella, sin un ápice de cultura científica, puede inducir a
errores. De hecho, mi objetivo principal es que las personas a las
que formo aprendan a realizar una valoración crítica de aquello que ven,
escuchan o leen.
Resumiendo...
Considero que, actualmente, ciencia y
poder están tan ligados que se ha perdido parte de su esencia. Se nos hace
creer que podemos llegar a ser Newton o Marie Curie en potencia, pero se
olvidan de contarnos que generar conocimiento es, en la gran mayoría de los
casos, lo último de la lista. A modo de ejemplo podría hablar sobre varios
amigos que han abandonado la investigación por sentirse desencantados. ¿Cómo
era posible que después de muchos años no hicieran ningún descubrimiento? ¿Cómo
era posible que se dedicaran, día sí y día también, a realizar tareas impuestas
por un jefe que no les dejaba libertad para pensar? Este tipo de situaciones,
junto a las citadas anteriormente, me han hecho llegar a pensar que la ciencia
actual es sinónimo de generación de ingresos.
Por supuesto, no es discutible que,
gracias a ella, hemos avanzado y hemos mejorado nuestras condiciones de vida
considerablemente en muchos aspectos.
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