miércoles, 10 de mayo de 2023

“La ciencia no tiene patria, pero los científicos si” Pasteur

 

Siguiendo la conferencia ofrecida por el historiador Marcos Cueto llegamos a cuatro corrientes de la historia de la ciencia en América Latina.  



a)
La ciencia como ciencia universal (1939-1982):

Se considera la primera forma de hacer ciencia. El conocimiento científico se concibe como único, universal y superior puesto que lo explica todo. Podríamos decir que, es a partir del siglo XIX, cuando comienzan a aparecer personas que se especializan en la historia de la ciencia.

En América Latina destacan Henry Sigerist, uno de los más importantes e influyentes historiadores de la medicina, George Sarton, que pertenecía a la Sociedad de Historia de la Ciencia y editaba la revista Isis, y Aldo Mieli, que editaba la revista Archivio di Storia della Scienza y fue director del Instituto de Historia y Filosofía de la Ciencia. Muy importante teniendo en cuenta que, en aquella época, las fuentes utilizadas eran los libros y este instituto contaba con una gran biblioteca. Mieli, junto a otras personas que le acompañaron, publicó una gran enciclopedia en español sobre historia de la ciencia, Panorama general de historia de la ciencia, en la cual América Latina no presentaba interés puesto que para estos historiadores el conocimiento científico habría venido de la mano de los inmigrantes europeos del siglo XIX. Su ideal era, por tanto, presentar la ciencia como universal teniendo siempre presente que la historia de la ciencia era un puente entre humanidades y ciencias.

Durante toda su trayectoria profesional Mieli evitó mencionar el legado de conocimiento de los indígenas. Dicho conocimiento saldría a colación gracias a Juan B. Lastre, que opina que, aunque el conocimiento ya estaba presente en estas poblaciones, fueron los europeos, con su llegada, los que hicieron que continuara creciendo.

En general, todos estos historiadores creían que los países menos desarrollados debían imitar a los desarrollados. Para ellos el progreso científico era lineal y acumulativo y la ciencia era única.

b)La importancia de la recepción (1982-1994):

Se caracteriza por poner fin al optimismo científico que los historiadores anteriores contemplaban, dejando atrás ese concepto de progreso lineal y eurocentrismo. Los latinoamericanos dejan de ser receptores pasivos del conocimiento europeo y se da un giro hacia lo local. No obstante, muchos historiadores de esta corriente se sienten influenciados por la Teoría de Dependencia, teoría que surge como respuesta a la Teoría de Industrialización y la Teoría de Desarrollo en la que los países centrales (industrializados) son los beneficiados a nivel económico.

Destaca también el uso de fuentes, que pasan de ser solo libros a ser más variadas: entrevistas orales, fuentes documentales primarias y archivos.

También se promovieron en esta corriente las alianzas de investigación con Europa y Estados Unidos. A diferencia de la primera corriente en esta etapa encontramos un mayor número de historiadores con formación en historia y no en ciencias. Estos historiadores se centraron en pocas instituciones, lo que llevó a que el conocimiento científico se difundiera fácilmente pues estaba muy localizado.  

c) Énfasis en la interacción (1994-2010):

Basada en:

-la interacción de los científicos latinoamericanos, capaces de formar redes internacionales, con europeos y norteamericanos.

-aceptar las aportaciones de personas no especializadas (periodistas, curanderos, etc.) cuyas discusiones traspasan ámbitos universitarios. Esto sirvió para temas (SIDA, medioambiente, etc.) que empezaban a cobrar importancia en el periodo en el que se desarrolla esta corriente (años 90), la cual se caracteriza por el desarrollo de programas académicos, eventos y publicaciones especializadas, y también por la aparición de libros importantes.

d) Los desafíos de la circulación o giro global (2010-actualidad):

En esta corriente se analiza el movimiento de materiales de laboratorio, artefactos, libros, etc. que ha habido entre naciones. Dicho movimiento habría sido posible gracias a comerciantes, misioneros, divulgadores y viajeros, ya que serían los encargados de difundir el conocimiento científico. Cabe destacar que en esta transmisión de conocimiento ocurrirían trasformaciones de dicho conocimiento. 

Esta corriente se caracteriza por no asumir el eurocentrismo, considerar el conocimiento global e incluir a científicos y otros personajes latinoamericanos en la creación de dicho conocimiento. Además, introduce las perspectivas de género, lo que hará que el número de protagonistas crezca.

 

Para terminar… Siempre había leído que la historia de América Latina la empezó a escribir Cristóbal Colón. De ahí que estuviera marcada por una visión eurocentrista, es decir, considerando a Europa, y su historia, como modelo universal. Por tanto, los documentos existentes, a partir de lo que se consideró el “descubrimiento” de América, describía a los habitantes de las zonas descubiertas como bárbaros, poco modernos y sin evolucionar, que necesitaban personas “superiores” que les guiaran para poder subsistir. La ciencia entraría en juego en el momento en el que se etiqueta de “poco evolucionados” a las sociedades aborígenes. Tras leer sobre estas cuatro corrientes entiendo que aquello era solo la punta del iceberg.

Referencias:

Conferencia de Marcos Cueto

Cueto, Marcos; Silva, Matheus Alves Duarte da (2020) “Trayectorias y desa  fíos en la   historiogra-fía de la ciencia y de la medicina en América Latina”, Asclepio, 72(2): p320. https://doi.org/10.3989/asclepio.2020.21


 

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