martes, 27 de junio de 2023

¿Conoces a Laura Bassi?

Vamos a ello...

Este vídeo pretende dar a conocer a una de las tantas científicas que la historia ha invisibilizado.

Laura Bassi publicó más de treinta trabajos sobre diversos temas entre los que destacan la física de Newton, química, hidráulica, tecnología, electricidad o matemáticas.  

En la actualidad existe un premio en su honor que otorga la Universidad  Técnica de Múnich para apoyar a mujeres científicas. Existen dos Liceos con su nombre, uno en su ciudad natal, Bolonia, y también una calle en, esta misma ciudad, que la recuerda.

/La ciencia bebe de todos los hallazgos, no solo de los "grandes logros"/ Marta Macho




jueves, 8 de junio de 2023

Comprendiendo la Epistemología histórica…


¿Es independiente lo que sabemos o creemos saber acerca del mundo de qué es o cómo debe ser el conocimiento?

Si repasamos lo que sabemos sobre el conocimiento del ser humano nos daremos cuenta rápidamente de la conexión que tiene con la compresión del mundo en el que vivimos. El conocimiento, y nuestra forma de comprenderlo, ha evolucionado a lo largo del tiempo teniendo presente el contexto histórico y cultural en el que se desarrollaba.

Desde la antigüedad hasta el presente el conocimiento ha ido cambiando y nuestras formas de evaluarlo también. Esto ha sido debido, no solo a la influencia de factores culturales e históricos, sino también a cómo ha evolucionado nuestro sistema cognitivo. Por ejemplo, la ciencia antigua carecía de un método científico. Esto se traducía en que no importaba si las teorías se demostraban. Con lógica les llegaba. Y si la lógica fallaba solo tenían que recurrir a la religión. Religión que, si no le cuadraba lo que contabas, podían acusarte de herejía y quemarte en la hoguera. Condena que sufrió Giordano Bruno por negar que la Tierra era el centro del universo. Universo que, Según Giordano, sería infinito y del que Dios formaría parte. Esta teoría no gustó nada a la Iglesia pues contravenía los designios bíblicos. Más aún que Dios, ser por encima de todos y todo, formara parte de ese Universo que Giordano presentaba.



Modelo Geocéntrico


Con la revolución científica, y la llegada del método científico, el conocimiento cambió radicalmente. El método científico se basaba en observar, plantear hipótesis y experimentar para comprobar si las teorías propuestas eran verdaderas o al menos se acercaban, lo máximo posible, a la verdad a la que se quería llegar.  



Es decir, hubo un cambio radical en la forma en que teníamos de concebir el conocimiento. Conocimiento que iba cambiando, y cambia, en función de los diferentes momentos históricos en los que se valore.

Estos cambios no supusieron, ni suponen actualmente, una rotura con el conocimiento de nuestras generaciones pasadas. El conocimiento generado por dichas generaciones si influye en como concebimos el conocimiento actualmente. El uso de ciertas expresiones usadas hoy día como “que el sol se pone o se levanta” son un claro ejemplo de dicha influencia.

Ensimismamiento cultural y cómo salir de él…

El ensimismamiento cultural se refiere a la tendencia que tiene el ser humano de obviar la naturaleza y el mundo exterior centrándose únicamente en su propio conocimiento, el cual se concibe como real. Se desconoce si este ensimismamiento se ha dado a lo largo de toda la historia puesto que, no es hasta la aparición de la escritura, que tenemos registros del conocimiento de las distintas culturas.

Las raíces del ensimismamiento serían: la ceguera cognitiva del cerebro, es decir, la incapacidad de nuestro cerebro para comprender su funcionamiento (no sé que no sé), la evolución y estructura natural de nuestro sistema cognitivo desde nuestros inicios hasta hoy día, la influencia del dualismo cartesiano originado por Descartes en la que mente y cuerpo pueden ir por separado y, por último, la densificación de la segunda naturaleza, referida a la relación que tenemos cada vez más estrecha con las tecnologías apartando el mundo natural.

Salir de este ensimismamiento sería ventajoso para el ser humano puesto que ampliaría nuestro conocimiento. Además, nos permitiría explorar la relación existente entre cultura y naturaleza. Para poder salir de dicho ensimismamiento deberíamos trabajar varios aspectos entre los que se encontraría cómo el conocimiento y la cultura están estrechamente relacionados con aspectos socioculturales e históricos.  

Actualmente, con nuestra inmersión en la segunda naturaleza, podríamos estar saliendo de este ensimismamiento cultural. Aunque hay que tener presente que esta segunda naturaleza nos enfrenta a retos diarios que debemos poder superar. Uno de ellos sería la autonomía que tienen actualmente los sistemas de inteligencia artificial. Además, la rapidez con la que evolucionan estos sistemas nos insta a adaptarnos día si y día también y aunque podemos ser capaces de lograr dicha adaptación (sujeto-usuario) aún no se conocen con exactitud las consecuencias y el impacto que esta segunda naturaleza tendrá sobre el conocimiento. Lo que si sabemos es que existen cambios en su forma de producción y transmisión.

Un ejemplo de lo explicado anteriormente sería el cambio que ha, y está, sufriendo el lenguaje de signos. Lengua que venimos usando desde hace unos 45 500 años, con la aparición del arte rupestre. El lenguaje ha evolucionado a lo largo de los siglos. Lo podemos apreciar leyendo un libro de hace unas cuantas décadas. O simplemente sentándote a la mesa con distintas generaciones de una misma familia. Sin embargo, el mayor cambio podría haberse originado con la llegada de las nuevas tecnologías en las que la importancia de abreviar lo que transmitimos es importante. De ahí que el uso de emoticonos y memes sea muy usado. 



Las máquinas, por su lado, también utilizarían su propio lenguaje, el código binario, que la mayoría de personas no entienden.

La realidad virtual está cambiando aspectos que antes considerábamos intrínsecos al ser humano, como la creatividad intelectual y la forma en la que entendemos el mundo. De ahí que el futuro de la transmisión y el procesamiento del conocimiento se esboce cada vez más alejado de la acción humana.

Actualmente estaríamos viviendo, por tanto, una adaptación a esta llamada segunda naturaleza creada por nosotros mismos, la cual sería equiparable a la que tuvieron que hacer nuestros ancestros para poder vivir en la llamada primera naturaleza.

Tras esta reflexión y respondiendo brevemente a la pregunta con la que iniciábamos esta entrada, la respuesta sería que, lo que sabemos o creemos saber acerca del mundo, no es independiente de qué es o cómo debe ser el conocimiento, ya que nuestra forma de comprender dicho conocimiento está siempre ligada a cómo comprendemos el mundo en el que vivimos.

Este conocimiento evolucionaría y cambiaría a lo largo del tiempo influenciado por los avances científicos, los desarrollos culturales y los contextos históricos en los que se desarrolla.


miércoles, 7 de junio de 2023

Historia Global de la Escritura y Epistemología Histórica

 

¿Es la historia global de la escritura relevante para la epistemología histórica?

La escritura ha permitido que podamos reconstruir parte de la historia. Historia estrechamente relacionada con la historia del conocimiento.




A raíz de la aparición de la tecnología de la escritura nuestra forma de transmitir la información cambió radicalmente. Información que únicamente transmitíamos de forma oral. Estos cambios en la forma de transmisión llevaron a un diferente procesamiento de los contenidos afectando a la forma en la que nos relacionábamos con ellos.

La historia global de la escritura es relevante para la epistemología histórica debido a que dicha tecnología fue un factor determinante para las distintas culturas que la practicaban.

Ni el aprendizaje ni la transmisión del conocimiento se harán de igual manera en culturas en las que se use la escritura, atendiendo a los distintos tipos que existen (desde los soportes de arcilla hasta la escritura telemática) que en aquellas en las que no se use. 

Su uso, evidentemente, cambiará aspectos concretos de la historia del ser humano.

La aparición de la escritura dio lugar a la aparición de textos muy específicos como los textos canónicos cuyas interpretaciones serían realizadas por expertos. Dichos textos se considerarían inmodificables, aunque las interpretaciones realizadas si puedan cambiar en función del sujeto que interpreta y en función del contexto social en el que nos encontremos.

Estos textos, junto con otros, dieron lugar a una recopilación de historias del mundo que podían ser reales o ficticias. Dichos textos se fueron diseminando cambiando esa transmisión del conocimiento de la que hablábamos anteriormente. 

La llegada de la escritura digital ha tenido un fuerte impacto en la cultura afectando por igual tanto a textos escritos como a sonidos e imágenes.  Tendremos que esperar para conocer las consecuencias que nos depara este nuevo régimen.


martes, 6 de junio de 2023

Epistemología Histórica y Esencialismo

 

¿Cuál es la actitud de la Epistemología Histórica ante la cuestión del esencialismo?

La epistemología histórica se encarga del análisis de la interacción entre cultura y conocimiento. Por ello, defiende la contingencia y la relatividad histórica del conocimiento poniendo de manifiesto que no puede ser esencialista.

Los defensores del esencialismo sostienen que todas las cosas poseen una esencia y si la pierden dejan de ser tal cosa. En ciencia este esencialismo nos vendría a decir que la ciencia posee también una esencia fija dada a través del método científico. Es decir, para los esencialistas la ciencia se basaría en unas reglas intrínsecas al método científico con unos objetivos fijos desde el inicio que no pueden cambiar.

La realidad es que la ciencia se desarrolla atendiendo a distintos contextos sociales e históricos y esto contradice el esencialismo. A lo largo de los siglos la ciencia se ha ido adaptando y transformando de tal manera que tanto la metodología como los fines fijados al inicio han ido cambiando.

Por tanto, podemos concluir que la epistemología histórica es realista y defiende que el conocimiento y la existencia de objetos es variable y depende de la mente humana.

lunes, 5 de junio de 2023

Inteligencia Artificial. El nuevo Farmacón.

¿Es la inteligencia artificial el nuevo farmacón?


Para Derrida, filósofo francés argelino, el farmacón, una construcción conceptual de la Grecia clásica, nos sirve para entender que no podemos separar los conceptos veneno y remedio, aunque, en un principio, podrían parecernos opuestos y alejados uno del otro.

La inteligencia artificial sería, obviamente, un nuevo farmacón. Si la analizamos, por ejemplo, desde el punto de vista de la educación comprobamos que ofrece tantos efectos beneficiosos como riesgos. Y estos beneficios y riesgos ocurren simultáneamente.

En el ámbito educativo la inteligencia artificial podría ayudarnos a abordar un tema peliagudo que es el de la atención a la diversidad ya que a través de ella se podrían hacer estudios más completos sobre las necesidades individuales de cada alumno y a partir de dicho estudio redirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje. Simultáneamente, esta inteligencia artificial estaría recopilando información del alumnado que luego podría ser utilizada para otros fines. Y también tendríamos que tener en cuenta los sesgos de género o raza que pudieran existir.

Por otro lado, con la inteligencia artificial el alumnado tendría disponibles herramientas ilimitadas. Esto podría ser beneficioso para aumentar la práctica de aquello que genera más problemas. Sin embargo, estas herramientas podrían hacernos creer que la enseñanza presencial no es necesaria. Es decir, los profesores tendríamos los días contados (ocurre actualmente que un porcentaje del alumnado no atiende en clase porque luego puede ver un vídeo en Youtube). Esto podría perjudicar las habilidades sociales y emocionales que caracterizan al ser humano.

La inteligencia artificial ayudaría a los docentes a reducir su carga de trabajo (menos correcciones, por ejemplo) y dedicar más tiempo a formación y otros tipos de proyectos con su alumnado. Para que esto fuera posible los algoritmos de corrección deberían estar programados correctamente. Si hay algún desajuste podrían ocurrir los sesgos que mencionábamos anteriormente.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la inteligencia artificial tiene su lado bueno y malo en educación. Aunque podríamos haber hablado sobre su uso en economía, política, etc. Estos beneficios y riesgos ocurren a la vez y no es posible separarlos por mucho empeño que pongamos.

¿Podría la inteligencia artificial transformar la democracia y generar otro tipo de pensamiento político?

Lo primero que hay que tener claro es que esto dependerá de la regulación que se haga sobre su uso. Evidentemente si confiamos en cualquier noticia que leemos o vemos, al igual que en cualquier tecnología que nos presentan, la democracia y cualquier pensamiento que tengamos puede cambiar. Con la inteligencia artificial podríamos ver y escuchar discursos de presidentes totalmente inventados ya que existen herramientas que imitan la voz, los gestos, etc. Independientemente de que el contenido sea falso y, posteriormente se nos diga, nuestro cerebro ya habrá captado parte de esa información y quedará vagando como información residual para después usarla en algún momento. Por ejemplo, a la hora de votar.

Sin embargo, si estas herramientas tecnológicas se regulan podrían ser beneficiosas para la democracia. Por ejemplo, podrían ayudarnos a resumir y analizar mucha información en poco tiempo. Esto serviría a la ciudadanía en la toma de decisiones puesto que tendríamos a nuestro alcance comparativas de, por ejemplo, los programas electorales de todos los partidos políticos que se presentan a la presidencia. Habría que tener en cuenta, y regular, los sesgos que la inteligencia pudiera generar. En realidad, habría que trabajar en los sesgos que tengan las personas que diseñan dichas tecnologías puesto que la tecnología, al igual que la ciencia, debería ser neutra.

Vemos en política como la inteligencia artificial puede efectivamente ser el nuevo farmacón. Para evitar su impacto en la democracia debemos: educar, regular con ética y legislar con responsabilidad.

jueves, 1 de junio de 2023

El fin de la naturaleza. Bruno Latour

“Cara a cara con el planeta. Una nueva mirada sobre el cambio climático alejada de las posiciones apocalípticas” es un ensayo de Bruno Latour, un filósofo, sociólogo y antropólogo francés, que aborda cómo la sociedad moderna piensa su relación con la naturaleza.




Vivimos en la era de la sobrecarga informativa. Esto quiere decir que hay muchas probabilidades de que hayas escuchado alguna vez hablar sobre cambio climático, gases de efecto invernadero, aumento de la acidez de los océanos, perdida de flora y fauna, etc. La sociedad conoce la problemática medioambiental, así como la conocen y la estudian científicos y gobiernos de todo el mundo. Por tanto, tal y como Latour se pregunta en su ensayo, ¿por qué no se toman acciones para modificar esta problemática? ¿por qué no pensamos que nuestra vida corre peligro si cuando se trata de un ataque terrorista corremos a salvarnos?

Observamos la naturaleza como algo inerte y exterior, algo desligado de la cultura. Hasta hace poco esta división podía resultar satisfactoria para la sociedad. Desgraciadamente, los desastres naturales que actualmente ocurren con más frecuencia nos hacen darnos cuenta de que dicha división no tienen sentido alguno.

Para Latour, el clima es fruto de las conexiones de todos los seres que habitan el planeta. Este hecho tendría que ser el que nos impulsara a actuar puesto que estamos poniendo el foco en un “problema” que parece actual pero que es atemporal. Desde el inicio de los tiempos mantenemos una relación con la naturaleza a pesar de habernos creído que pasábamos sin ser vistos.

Pensamos entonces que la naturaleza es exterior y ajena a nosotros. Tanto así que incluso los científicos, encargados de realizar análisis sobre emisiones u otros estudios medioambientales, han creído que para que la sociedad fuera consciente de la realidad actual había que dramatizar una situación ya de por sí trágica. Este estado apocalíptico en el que nos vemos envueltos podría haber sido el detonante para que muchos “climatoescépticos”, como denomina Latour a los negacionistas del cambio climático, ataquen las teorías de los científicos.

Si nos ceñimos a la relación entre naturaleza y sociedad podríamos decir que, efectivamente, sería el fin de la naturaleza, tal y como la venimos pensando hasta ahora.  El clima y la vida han evolucionado juntos y desde hace siglos no tiene sentido hablar de una naturaleza salvaje sino de una naturaleza humana. Por eso Latour insiste en librarnos de este concepto de naturaleza. Solo así podríamos intentar responder a los interrogantes con los que partíamos al inicio.

“El fin de la naturaleza” nos invita a reflexionar sobre nuestro concepto de naturaleza. Una naturaleza con la que interactuamos día tras día y que vamos desgastando sin pensar que, a su vez, nos desgasta a nosotros.

miércoles, 31 de mayo de 2023

A/A: Padre de la Guerra Química y esposo Fritz Haber

 






1 de Mayo de 1915

Uno no piensa en su muerte muy a menudo y si lo hace se la imagina plácida. Quizás no te pareceré muy original, como en tantas otras ocasiones, pero me hubiera gustado ir a dormir, como cada noche, y no volver a despertar. Mi último sueño hubiera sido con nuestro hijo viviendo en un mundo libre, donde las guerras y los conflictos no existieran y en el que personas, que no saben nada la una de la otra, no se mataran por los ideales de unos cuantos idiotas. El día de mi entierro sería más bien un festejo pues vendrían cientos de personas a despedirme y a charlar sobre la relevancia de mis estudios científicos. Hermann daría un discurso precioso en el que hablaría sobre lo felices que fuimos y sobre el orgullo que había sentido al saber que su madre fue la primera mujer en obtener un doctorado en Química en la Universidad de Breslavia. Esto sería mi final feliz, el final que quizás merecía, pero la triste realidad es que mi muerte será violenta. No veré crecer a Hermann y seguramente nadie me recordará. O quizás sí. Seré la “esposa del científico”. La “esposa de Fritz Haber”. La “esposa que se suicidó aun teniéndolo todo” …

Tu síntesis de amoniaco podría haber sido fácilmente el trabajo de mi vida si tan solo no me hubiera tenido que apartar de la vida científica. Sin embargo, fuiste tu el que lo lograste. Y seguramente serás premiado por tal hazaña. ¿Se hubiera muerto la población de hambre sin la base que les brindaste? Ahora ya nunca lo sabré. Lo que si sé es que probablemente nunca fue tu intención salvar vidas. Como no lo fue en el momento en el que autorizaste aquellos ataques con cloro. Distorsionaste los ideales de la ciencia movido… ¿por qué? ¿Patriotismo, fama…?

Te escuché varias veces decir que “en tiempo de paz, un científico pertenece al mundo; pero en tiempo de guerra pertenece a su país”. Déjame decirte que estas completamente equivocado. A los científicos no nos importa si hay guerra o paz. Lo que nos importa es el bienestar de la humanidad, la búsqueda de la verdad. ¿Se equivoca la sociedad al confiar en nosotros? Tus actos me dicen que, tarde o temprano, los ciudadanos empezarán a desconfiar de la ciencia. Porque… ¿Quién podría confiar en alguien cuyas manos se tiñen de sangre?

Me horroriza pensar en los cientos de cadáveres que llevarán tu nombre. Nombre que alguna vez amé pero que hoy detesto profundamente. Se te presentaron las opciones y escogiste, no la más fácil, sino la que mejor se amoldaba a tu personalidad y es que ambos sabemos que tenías muy claro que tus gases solo dejarían destrucción a su paso.

Me llamarás traidora una y mil veces y poco me importa. Para mí el único traidor de esta historia siempre fuiste tu. Traicionaste los ideales de una ciencia que, con el paso del tiempo, te recordará como lo que fuiste. Un villano que quiso tener su propia película, pero acabó como acaban todos. Derrotado.


Clara


Esta es solo la invención de una supuesta carta que Clara pudo haber dejado. Si quieres saber más sobre la historia de esta científica te animo a leer el siguiente artículo: Enlace al Artículo

 

La Historia de la Chicha

 

En el siguiente vídeo se explican los diferentes significados que tuvo la chicha durante el siglo XIX y principios del XX. Actualmente la chicha es una bebida turística.

“(…) En el caso de Bogotá, la miseria y la ignorancia del pueblo fueron los elementos de los que pudo servirse el comunismo (…) la chicha, el embrutecimiento alcohólico y la situación de gentes abandonadas de Dios y de los hombres suministraron la materia prima del crimen (…) el pillaje pudo ser obra de la multitud ebria e irresponsable” Palabras de Enrique Santos Montejo, el famoso ‘Calibán’, en su columna ‘La danza de las horas. 




Referencias:

lunes, 29 de mayo de 2023

Historia de los Instrumentos Médicos

 

¿Es posible hacer historia de la ciencia siguiendo a los instrumentos? Esta es una pregunta que seguramente muchos de nosotros no nos hayamos hecho nunca. Porque, a pocos se nos ocurre pensar que, tirando de un hilo, aparentemente simple, este desemboque en algo más que una mera explicación del objeto en estudio.

La realidad es que la circulación de estos instrumentos hizo que el conocimiento médico cambiara en ciertos aspectos. Tanto es así que, ciertas prácticas médicas se modificaron radicalmente con la llegada de estos artefactos debido a que los resultados obtenidos, con su uso, serían mucho más eficaces. Esto propiciaría nuevas relaciones entre el conocimiento, los médicos y los pacientes.

Los instrumentos viajaban entre continentes y a su llegada se adaptaban al contexto en el que tuvieran que ser usados. Esta adaptación no era siempre fructífera y muchos de estos instrumentos eran desechados.

Fue, a principios del siglo XIX, cuando los instrumentos médicos empezaron a llegar a México desde Europa y, más tarde, desde Estados Unidos. 

Primero llegarían a la Escuela Nacional de Medicina (ENM) y más tarde se llevarían a otras instituciones como el Instituto Médico Nacional y el Museo Anatomo-patológico. Gracias a su llegada, la cirugía, hasta entonces un tanto desligada de la medicina, se unió a esta última siendo el material quirúrgico la clave de dicha unión, pues permitía a los especialistas operar con un porcentaje de riesgos mucho menor.

Para los especialistas del siglo XIX era imprescindible utilizar los sentidos para realizar un diagnóstico adecuado. De ahí que el instrumental creado para agudizar dichos sentidos fuera una auténtica novedad de la época y muchos de ellos quisieran adquirirlos para sus consultas.

Muchos otros, sin embargo, no recibieron estos instrumentos con tanto entusiasmo, puesto que preferían seguir usando el oído o el tacto para realizar lo que ellos consideraban un mejor diagnóstico.

Los instrumentos que tuvieron mejor acogida fueron los que producían gráficas autógrafas, como los esfigmógrafos, que registraban el pulso por el método gráfico. 




El diseño del esfigmógrafo interesó mucho a algunos médicos mexicanos puesto que permitía tomar todas las medidas necesarias a través de una técnica no invasiva. Además, contaba con la ventaja de ser portátil. 

Hay que señalar que, teniendo en cuenta la influencia que las matemáticas han tenido siempre sobre todo, en este caso no iba ser menos. De ahí que muchos médicos creyeran que, al usar estos instrumentos, estaban siendo más precisos y objetivos en sus diagnósticos y posteriores tratamientos. 

Otros, tal y como hemos comentado anteriormente, no usarían los esfigmógrafos como aparatos que pudieran contarles una historia nueva, sino que partirían de la base de lo que sus sentidos les contaran. 

Podría parecer que la adquisición de instrumentos era fácil pero esto no fue así ya que las instituciones médicas no disponían de muchos recursos económicos. A pesar de la circulación que parecía existir, muchos médicos, y estudiantes, nunca habían tenido en sus manos los instrumentos que estudiaban en los libros. Algo similar a lo que ocurre en mis clases de física y química y los laboratorios “fantasmas” que tenemos en los institutos y que están desprovistos completamente de material. Afortunadamente para los estudiantes mexicanos, con la apertura del Instituto Médico Nacional, se adquirieron muchos instrumentos que sentarían las bases de la práctica experimental médica.

Dichos instrumentos procedían fundamentalmente de Europa. Los médicos mexicanos se enteraban de las novedades a través de catálogos en los que los constructores los exponían. 


Uno de los problemas que se presentaba frecuentemente con las adquisiciones de instrumentos en México era el idioma en el que venían sus instrucciones. A pesar de las ilustraciones, siempre más intuitivas que el texto, que pudieran mostrar su manejo, los médicos mexicanos aprendían como podían el uso de estos artefactos. Este aprendizaje no siempre era el esperado puesto que, sin práctica, y sin visualizar el manejo previamente, no siempre era fácil poner en marcha los instrumentos. Y no hablemos de la calibración, que suele traer de cabeza a muchos científicos. Para solventar dicho problema, el gobierno de México permitió que los especialistas viajaran para conocer de primera mano aquellos instrumentos que, posteriormente, serían financiados.

Es decir, a partir de este momento, la circulación del conocimiento médico se basó en dos aspectos: la importación de instrumental médico y los viajes que realizaban especialistas mexicanos para conocer de primera mano qué podían adquirir. 

¿Podría haber sido todo más sencillo si los especialistas mexicanos hubieran fabricado sus propios instrumentos? Definitivamente si, puesto que muchos de ellos se perdían o rompían en las largas travesías y las inversiones económicas para su adquisición eran muy altas.

No obstante, se siguieron haciendo importaciones con el objetivo de que el mexicano entrara en los estándares de lo "normal" y Europa los considerara “modernos y civilizados”. Solo a través de la adquisición de estos instrumentos, considerados cien por cien precisos, se podía conseguir tal fin.

En el caso que estamos tratando la circulación del conocimiento no se impuso libremente. La compra-venta de estos instrumentos supuso desigualdades económicas, políticas y conocimientos que no eran socialmente válidos a un lado y otro del Atlántico.  

Aun así, las relaciones sociales existieron y siguiendo las desigualdades, las adaptaciones, las mejoras y las copias de estos instrumentos se puede llegar a construir una historia de la ciencia local de finales del siglo XIX.


Referencias:

La cultura médica instrumental: los viajes políticos de los esfigmógrafos entre Europa y América. Laura Cházaro