miércoles, 20 de abril de 2022

Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

 

Fuente: Pixabay

Escribir un ensayo sobre trastornos mentales no es tarea fácil. De hecho, he empezado esta tarea más veces de las que me gustaría. Podría hablar, desgraciadamente, sobre trastornos de la alimentación o la depresión. Son casos con los que estoy familiarizada. Sin embargo, después de darle muchas vueltas, he decidido hablar sobre el trastorno de estrés postraumático. Seguramente porque algunos de los síntomas descritos encajan perfectamente con mi día a día. Responsable de ello: mi Leucemia. De ahí que vaya a asociar este trastorno a pacientes con cáncer. Y es que, si tuviera que hablar, por ejemplo, de anorexia o esquizofrenia, no creo que pudiera redactar de igual manera.  

Relataré en tercera persona porque opino que siempre es más fácil pensar que todas las cosas “malas” no nos ocurren a nosotros.

Empecemos…

La conocí cursando aquel máster de profesorado. Por aquel entonces la educación no era su prioridad pero: - “mujer precavida vale por dos”- contestaba a todo aquel que le preguntaba. La última vez que la vi ese año fue comprobando las notas en el tablón de la facultad. Llevaba el pelo largo.

No supe nada de ella hasta pasado un año aproximadamente. Me la encontré por la calle. Llevaba un gorro de lana y había perdido peso. Al principio no la reconocí. Hasta su voz había cambiado. Me explicó que le habían diagnosticado Leucemia Mieloide Aguda y que había necesitado un trasplante de médula ósea. Su hermana resultó ser compatible. Se mostraba agradecida y emocionada a partes iguales, aunque se lamentaba de su año perdido en el hospital. Su vida se había ido al traste. Esas fueron sus palabras.  

Volví a encontrármela un año y medio después. Su aspecto había cambiado bastante. Tenía pelo y había cogido peso. Al parecer su enfermedad estaba bastante controlada. Era profesora en un instituto público y le gustaba mucho su trabajo. Me transmitió nuevamente la alegría que solía caracterizarla.

Transcurrieron dos años hasta que volví a saber de ella. Esta vez no me la encontré. Recibí un sobre que contenía la invitación a su boda. El día del evento me confesó que su mayor ilusión era disfrutar del viaje programado y desconectar. Había sido un año duro.

“Impresionante. Lo recordaré toda la vida”. Fueron las palabras que me escribió al volver, junto con una carita sonriente.

Pocos meses después leí en redes sociales que había recaído y necesitaba otro trasplante. Cuando pudo volver a escribir me contó que los 55 días que estuvo aislada fueron los peores de su vida. “Me han diagnosticado estrés postraumático”- escribió en otro mensaje. A mí me sorprendió bastante. Asociaba ese trastorno a veteranos que regresan de la guerra. Contesté que no sabía mucho sobre el tema y ella me mandó este mensaje.

“Me cuesta mucho dormir y tengo pesadillas casi todas las noches. La muerte es la protagonista en todas ellas. Cuando me toca revisión en el hospital es mucho peor. Las pesadillas se alargan en la noche y suelen aparecer más días seguidos. Me despierto alterada, asustada y con dolores de cabeza que perduran a lo largo del día. Cuando me tienen que dar los resultados, o cuando me toca biopsia de médula, me dan ataques de pánico. Antes nunca me había pasado. De hecho, la primera vez pensé que me estaba dando un ataque al corazón. A veces siento esa presión en el pecho incluso cuando paso cerca del hospital o me cruzo con alguien que sé que está con tratamiento. Mis pensamientos van de un lado a otro y no logro concentrarme. Quizás hasta este mensaje te parezca un poco confuso. Te pido perdón. Me asusto con facilidad y suelo estar de peor humor. En ocasiones me siento culpable por cómo ha afectado, y afecta, mi enfermedad al entorno familiar y hay días en los que creo que no cumpliré más años ni más sueños…“

¿De verdad se sentía así? Su aspecto había mejorado en los últimos meses y se mantenía muy ocupada. Fui a Google para buscar más información sobre el tema.

Lo primero que me llamó la atención fue encontrar que las personas que padecen este tipo de trastorno presentan modificaciones en la estructura del cerebro. El hipocampo reduce su tamaño y con ello disminuye la consolidación de nuevos recuerdos.  La amígdala también disminuye y se observa hiperactividad, que repercute directamente en una mayor ansiedad, estrés y miedo. Se altera el eje hipotálamo-hipofisiario-adrenal (HPA) y como consecuencia hay una disminución de cortisol en sangre, saliva y orina. Lo lógico en este caso sería pensar que el cortisol, comúnmente conocido como la hormona del estrés, aumentara. Pero ocurre lo contrario. Dicha disminución se traduce en problemas relacionados con la atención focalizada, la empatía o la autorregulación emocional. Analizarla sirve para diferenciar este trastorno del estrés crónico.

Disminuye la sustancia gris en la región prefrontal dorsolateral, el lóbulo parietal y el córtex cingulado, que están implicados en los procesos cognitivos de alto nivel, como la función ejecutiva, la cognición social, la regulación emocional y la regulación del eje HPA

 

Fuente: NeuroClass

Todos estos cambios afectan principalmente a la memoria y la atención. Se originan problemas para dormir y alteraciones en la fase del sueño REM. Aumentan las pesadillas, se altera la respiración y la frecuencia cardiaca y aparecen terrores nocturnos. Otros síntomas serían recuerdos intrusivos, la evasión y pensamientos y estados de ánimo negativos.

He leído también que la psicoterapia es una forma eficaz de tratar este trastorno. Aunque existen medicamentos, como los antidepresivos ISRS y la Venlafaxina, que ayudan. 

Y en mis últimas búsquedas sobre la relación con el cáncer encontré que la revista `CANCER´ publicó un estudio en el que mostraba que “una quinta parte de los pacientes con cáncer sufrieron un trastorno por estrés postraumático varios meses después del diagnóstico, y muchos de estos pacientes continuaron viviendo con este trastorno años después.Por suerte la mayoría suele mejorar.


He intentado resumir brevemente toda la información que he revisado a lo largo de varios días. No obstante, os dejaré algunas páginas como referencia.

Quizás os estaréis preguntando si contesté a su mensaje. No lo hice. Aún no estoy preparada.



Referencias

TEPT MayoClinic 

TEPT MedinePlus 

El trastorno por estrés postraumático en los supervivientes al cáncer 

Instituto Nacional del Cáncer 

Visita a domicilio: El cáncer y el trastorno por estrés postraumático 

¿Qué ocurre en el cerebro de las personas con trastorno de estrés postraumático?

Psicoterapia y TEPT 

Trastorno por estrés postraumático: Cuando el cerebro sufre un trauma

Lo que las experiencias traumáticas le hacen al cerebro y al cuerpo 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario