En la entrada de hoy toca responder a la siguiente pregunta:
¿deberíamos hablar de historia de la ciencia o de las ciencias? Para ello se ha
tomado como base el artículo “Casi cien años de historia de la ciencia (o de
las ciencias)” de José Luis Peset.
Partiré de la base de que el siglo XIX fue un siglo muy
importante para los científicos. Palabra que, casualmente, aparece por estas
fechas en un trabajo de historia de la ciencia. Es en este siglo en el que se
aprecia un crecimiento del desarrollo científico (evolución de las especies,
estudio de los campos electro-magnéticos, etc.) que viene acompañado de una
especialización cada vez mayor.
Ahora bien, ¿deberíamos hablar de historia de la ciencia o
de las ciencias?
Quizás dedicarme a la enseñanza hace que me decante por
hablar sobre historia de la ciencia (aunque no ha sido una elección fácil). Y
es que, aunque física, química, biología, etc. difieran mucho en cuanto a
contenidos a tratar, creo que es esencial conocer cómo se desarrolla el
conocimiento científico a través de la relación entre las distintas ramas de la
ciencia. Hablo de la tan famosa, y exigida, interdisciplinariedad.
¿Qué relación hay entre ciencia y sociedad? Quizás la
historia de la ciencia podría ser la respuesta a esta pregunta.
Es indispensable que se conozca por qué unas teorías
tuvieron éxito y otras no, el trabajo de los científicos de la época o las creencias
de la ciudadanía sobre ciertos aspectos científicos. ¿Hubo sectores que
trataron de impedir los cambios que los nuevos descubrimientos traían consigo?
¿Fueron, y son, los modelos científicos verdades absolutas? ¿Qué se preguntaban
los científicos de la época? ¿A qué conclusiones llegaban? ¿Qué errores se
cometieron tras intentar dar solución a los problemas que se intentaban
solucionar? Creo que resulta de gran ayuda estudiar dichos conocimientos
científicos en su contexto histórico y social para llegar a ese entrelazamiento
entre las distintas áreas de la ciencia y la sociedad. Ciencia, en singular,
implica también dejar de lado la creencia de que las aportaciones científicas son
obra de un solo individuo. Generalizar hace pensar que la ciencia es fruto de
un trabajo en el que están implicadas muchas personas, que en ocasiones pueden,
o no, tener intereses comunes.
Conocer la historia de la ciencia puede ayudar a incrementar
la cultura general que se tiene sobre ella. Incluso puede llegar a hacer que
los estudiantes no abandonen su estudio.
¿Y por qué no historia de las ciencias?
Debo decir que la opción me pareció atractiva al inicio de
la tarea. Entiendo el plural como la especialización en cada área: historia de
la física, de la química, de la biología, etc. La descarté finalmente porque
creo que, volviendo a educación, hablar sobre la historia de una rama de la
ciencia sin tener en cuenta la repercusión que tuvieron otras ramas en su
avance es dejar la historia a medias. Por ejemplo, no se puede hablar sobre
termodinámica sin tener en cuenta la historia de la física y de la química en
conjunto.
En definitiva y desde mi punto de vista, la ciencia es un
todo que involucra a diversas disciplinas a lo largo de su historia. Debemos prestar
atención a sus especializaciones, pero al estudiarla debemos hacerlo en
conjunto para llegar a comprenderla y formarnos una imagen real de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario