jueves, 8 de junio de 2023

Comprendiendo la Epistemología histórica…


¿Es independiente lo que sabemos o creemos saber acerca del mundo de qué es o cómo debe ser el conocimiento?

Si repasamos lo que sabemos sobre el conocimiento del ser humano nos daremos cuenta rápidamente de la conexión que tiene con la compresión del mundo en el que vivimos. El conocimiento, y nuestra forma de comprenderlo, ha evolucionado a lo largo del tiempo teniendo presente el contexto histórico y cultural en el que se desarrollaba.

Desde la antigüedad hasta el presente el conocimiento ha ido cambiando y nuestras formas de evaluarlo también. Esto ha sido debido, no solo a la influencia de factores culturales e históricos, sino también a cómo ha evolucionado nuestro sistema cognitivo. Por ejemplo, la ciencia antigua carecía de un método científico. Esto se traducía en que no importaba si las teorías se demostraban. Con lógica les llegaba. Y si la lógica fallaba solo tenían que recurrir a la religión. Religión que, si no le cuadraba lo que contabas, podían acusarte de herejía y quemarte en la hoguera. Condena que sufrió Giordano Bruno por negar que la Tierra era el centro del universo. Universo que, Según Giordano, sería infinito y del que Dios formaría parte. Esta teoría no gustó nada a la Iglesia pues contravenía los designios bíblicos. Más aún que Dios, ser por encima de todos y todo, formara parte de ese Universo que Giordano presentaba.



Modelo Geocéntrico


Con la revolución científica, y la llegada del método científico, el conocimiento cambió radicalmente. El método científico se basaba en observar, plantear hipótesis y experimentar para comprobar si las teorías propuestas eran verdaderas o al menos se acercaban, lo máximo posible, a la verdad a la que se quería llegar.  



Es decir, hubo un cambio radical en la forma en que teníamos de concebir el conocimiento. Conocimiento que iba cambiando, y cambia, en función de los diferentes momentos históricos en los que se valore.

Estos cambios no supusieron, ni suponen actualmente, una rotura con el conocimiento de nuestras generaciones pasadas. El conocimiento generado por dichas generaciones si influye en como concebimos el conocimiento actualmente. El uso de ciertas expresiones usadas hoy día como “que el sol se pone o se levanta” son un claro ejemplo de dicha influencia.

Ensimismamiento cultural y cómo salir de él…

El ensimismamiento cultural se refiere a la tendencia que tiene el ser humano de obviar la naturaleza y el mundo exterior centrándose únicamente en su propio conocimiento, el cual se concibe como real. Se desconoce si este ensimismamiento se ha dado a lo largo de toda la historia puesto que, no es hasta la aparición de la escritura, que tenemos registros del conocimiento de las distintas culturas.

Las raíces del ensimismamiento serían: la ceguera cognitiva del cerebro, es decir, la incapacidad de nuestro cerebro para comprender su funcionamiento (no sé que no sé), la evolución y estructura natural de nuestro sistema cognitivo desde nuestros inicios hasta hoy día, la influencia del dualismo cartesiano originado por Descartes en la que mente y cuerpo pueden ir por separado y, por último, la densificación de la segunda naturaleza, referida a la relación que tenemos cada vez más estrecha con las tecnologías apartando el mundo natural.

Salir de este ensimismamiento sería ventajoso para el ser humano puesto que ampliaría nuestro conocimiento. Además, nos permitiría explorar la relación existente entre cultura y naturaleza. Para poder salir de dicho ensimismamiento deberíamos trabajar varios aspectos entre los que se encontraría cómo el conocimiento y la cultura están estrechamente relacionados con aspectos socioculturales e históricos.  

Actualmente, con nuestra inmersión en la segunda naturaleza, podríamos estar saliendo de este ensimismamiento cultural. Aunque hay que tener presente que esta segunda naturaleza nos enfrenta a retos diarios que debemos poder superar. Uno de ellos sería la autonomía que tienen actualmente los sistemas de inteligencia artificial. Además, la rapidez con la que evolucionan estos sistemas nos insta a adaptarnos día si y día también y aunque podemos ser capaces de lograr dicha adaptación (sujeto-usuario) aún no se conocen con exactitud las consecuencias y el impacto que esta segunda naturaleza tendrá sobre el conocimiento. Lo que si sabemos es que existen cambios en su forma de producción y transmisión.

Un ejemplo de lo explicado anteriormente sería el cambio que ha, y está, sufriendo el lenguaje de signos. Lengua que venimos usando desde hace unos 45 500 años, con la aparición del arte rupestre. El lenguaje ha evolucionado a lo largo de los siglos. Lo podemos apreciar leyendo un libro de hace unas cuantas décadas. O simplemente sentándote a la mesa con distintas generaciones de una misma familia. Sin embargo, el mayor cambio podría haberse originado con la llegada de las nuevas tecnologías en las que la importancia de abreviar lo que transmitimos es importante. De ahí que el uso de emoticonos y memes sea muy usado. 



Las máquinas, por su lado, también utilizarían su propio lenguaje, el código binario, que la mayoría de personas no entienden.

La realidad virtual está cambiando aspectos que antes considerábamos intrínsecos al ser humano, como la creatividad intelectual y la forma en la que entendemos el mundo. De ahí que el futuro de la transmisión y el procesamiento del conocimiento se esboce cada vez más alejado de la acción humana.

Actualmente estaríamos viviendo, por tanto, una adaptación a esta llamada segunda naturaleza creada por nosotros mismos, la cual sería equiparable a la que tuvieron que hacer nuestros ancestros para poder vivir en la llamada primera naturaleza.

Tras esta reflexión y respondiendo brevemente a la pregunta con la que iniciábamos esta entrada, la respuesta sería que, lo que sabemos o creemos saber acerca del mundo, no es independiente de qué es o cómo debe ser el conocimiento, ya que nuestra forma de comprender dicho conocimiento está siempre ligada a cómo comprendemos el mundo en el que vivimos.

Este conocimiento evolucionaría y cambiaría a lo largo del tiempo influenciado por los avances científicos, los desarrollos culturales y los contextos históricos en los que se desarrolla.


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