lunes, 5 de junio de 2023

Inteligencia Artificial. El nuevo Farmacón.

¿Es la inteligencia artificial el nuevo farmacón?


Para Derrida, filósofo francés argelino, el farmacón, una construcción conceptual de la Grecia clásica, nos sirve para entender que no podemos separar los conceptos veneno y remedio, aunque, en un principio, podrían parecernos opuestos y alejados uno del otro.

La inteligencia artificial sería, obviamente, un nuevo farmacón. Si la analizamos, por ejemplo, desde el punto de vista de la educación comprobamos que ofrece tantos efectos beneficiosos como riesgos. Y estos beneficios y riesgos ocurren simultáneamente.

En el ámbito educativo la inteligencia artificial podría ayudarnos a abordar un tema peliagudo que es el de la atención a la diversidad ya que a través de ella se podrían hacer estudios más completos sobre las necesidades individuales de cada alumno y a partir de dicho estudio redirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje. Simultáneamente, esta inteligencia artificial estaría recopilando información del alumnado que luego podría ser utilizada para otros fines. Y también tendríamos que tener en cuenta los sesgos de género o raza que pudieran existir.

Por otro lado, con la inteligencia artificial el alumnado tendría disponibles herramientas ilimitadas. Esto podría ser beneficioso para aumentar la práctica de aquello que genera más problemas. Sin embargo, estas herramientas podrían hacernos creer que la enseñanza presencial no es necesaria. Es decir, los profesores tendríamos los días contados (ocurre actualmente que un porcentaje del alumnado no atiende en clase porque luego puede ver un vídeo en Youtube). Esto podría perjudicar las habilidades sociales y emocionales que caracterizan al ser humano.

La inteligencia artificial ayudaría a los docentes a reducir su carga de trabajo (menos correcciones, por ejemplo) y dedicar más tiempo a formación y otros tipos de proyectos con su alumnado. Para que esto fuera posible los algoritmos de corrección deberían estar programados correctamente. Si hay algún desajuste podrían ocurrir los sesgos que mencionábamos anteriormente.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la inteligencia artificial tiene su lado bueno y malo en educación. Aunque podríamos haber hablado sobre su uso en economía, política, etc. Estos beneficios y riesgos ocurren a la vez y no es posible separarlos por mucho empeño que pongamos.

¿Podría la inteligencia artificial transformar la democracia y generar otro tipo de pensamiento político?

Lo primero que hay que tener claro es que esto dependerá de la regulación que se haga sobre su uso. Evidentemente si confiamos en cualquier noticia que leemos o vemos, al igual que en cualquier tecnología que nos presentan, la democracia y cualquier pensamiento que tengamos puede cambiar. Con la inteligencia artificial podríamos ver y escuchar discursos de presidentes totalmente inventados ya que existen herramientas que imitan la voz, los gestos, etc. Independientemente de que el contenido sea falso y, posteriormente se nos diga, nuestro cerebro ya habrá captado parte de esa información y quedará vagando como información residual para después usarla en algún momento. Por ejemplo, a la hora de votar.

Sin embargo, si estas herramientas tecnológicas se regulan podrían ser beneficiosas para la democracia. Por ejemplo, podrían ayudarnos a resumir y analizar mucha información en poco tiempo. Esto serviría a la ciudadanía en la toma de decisiones puesto que tendríamos a nuestro alcance comparativas de, por ejemplo, los programas electorales de todos los partidos políticos que se presentan a la presidencia. Habría que tener en cuenta, y regular, los sesgos que la inteligencia pudiera generar. En realidad, habría que trabajar en los sesgos que tengan las personas que diseñan dichas tecnologías puesto que la tecnología, al igual que la ciencia, debería ser neutra.

Vemos en política como la inteligencia artificial puede efectivamente ser el nuevo farmacón. Para evitar su impacto en la democracia debemos: educar, regular con ética y legislar con responsabilidad.

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