Hoy nos vamos al supermercado a buscar alimentos funcionales. ¿No sabes qué son? Pues seguramente si miras tu cesta de la compra algunos de los productos que has escogido son “funcionales”. Pero… ¿qué son y para qué sirven? Se define alimento funcional a todo “aquel alimento procesado que contiene ingredientes que desempañan una función específica en las funciones fisiológicas del organismo humano, más allá de su contenido nutricional” (reglamentación FOSHU).
Hoy vamos a hacer la compra centrándonos en la búsqueda de este tipo de alimentos y encasillándolos dentro de una de las cinco formas de elaboración que tienen. Mi compra, en Carrefour, será online como viene siendo desde enero de 2020 gracias a mi amiga Leucemia.
Eliminación de un componente que causaría efectos perjudiciales al consumidor en general o a un grupo determinado de consumidores.
Galletas de barquillo rellenas de crema de chocolate sin azúcares Zero Gullón: He escogido este producto porque tengo familiares diabéticos que siempre que van al supermercado se preguntan si al ser estos “dulces” libres de azúcares pueden tomarlos. Como siempre, en este tipo de productos, hay que revisar la etiqueta. Pues bien, estos barquillos contienen un 28% de harina de trigo blanca (una opción más saludable y segura sería utilizar harinas integrales). Si miramos más allá, el 71% son edulcorantes (con lo cual tenemos un producto súper dulce) y también contiene grasas vegetales. El etiquetado también nos dice que estos barquillos son fuente de fibra. Esto crea una falsa seguridad a los diabéticos puesto que una alimentación rica en fibra ayuda a controlar los niveles de glucosa y colesterol en sangre.
No sé si estos productos se lanzan preferentemente para diabéticos. Pero si sé que muchos padres y madres los compran para que sus hijos reduzcan el consumo de azúcares que como sabemos están relacionados con problemas de sobrepeso, caries dentales, etc. Como he dicho antes, al ser tan dulces, el consumo de estos barquillos seguramente creará mayor necesidad en los niños de consumir productos dulces. Por tanto, no creo que sea la solución.
Cerveza Estrella Galicia 0,0 sin alcohol: este producto es una bebida común en casa y de ahí mi elección. Entiendo que las personas que nos beneficiamos de este tipo de bebida suele ser población que tiene contraindicado el alcohol por enfermedad, embarazo, deportistas, etc.
Incremento de la concentración de un componente que ya poseía el alimento convencional.
Leche de avena enriquecida con calcio. No es una bebida que consuma pero en mi familia la consume mi padre y mi hermana. La avena posee minerales naturales como el calcio, el hierro o el potasio, entre otros. De hecho, por cada 100 gramos de avena que consumimos 54 miligramos son de calcio (5% del valor diario recomendado para un adulto). En la parte inferior de esta botella se puede leer con calcio, sin embargo en los ingredientes no aparece como producto añadido.
Galletas con cereales, vitaminas y calcio. Un producto que gusta muchos a mis sobrinos. Teniendo en cuenta que las escogidas contienen un 72% de harina de trigo y que la harina de trigo posee naturalmente vitaminas como la A o la B-3 a este producto se le añaden gran cantidad de vitaminas.
Suplementación de alimentos.
El primero que he escogido es el Actimel, principalmente porque mi hematólogo, al estar inmunodeprimida, me tiene prohibido beber. El Lactobacillus casei es una bacteria probiótica, productora de ácido láctico, que se usa para elaborar productos lácteos fermentados. El porqué de no dejarme tomar este tipo de productos, que a priori al tener bajas “las defensas” podría ser beneficioso por aquello de lo que promete la publicidad, es debido a que estas bacterias son microorganismos vivos y actualmente mi organismo no está preparado para esta “invasión”.
El segundo alimento sería una leche de Puleva a la que se le ha añadido isoflavonas de soja. Las isoflavonas son sustancias de origen vegetal, de naturaleza polifenólica con estructura similar a la del estradiol (principal estrógeno), enclavadas dentro del grupo de fitoestrógenos. Esta similitud con el estradiol hace que sean capaces de unirse a los receptores de los estrógenos, las hormonas sexuales femeninas. Por tanto estaría indicada para mujeres que se encuentren dentro del periodo de menopausia.
Sustitución de componentes con efectos perjudiciales por otros con efectos neutros o positivos.
Vuelvo a escoger unas galletas. En éstas se sustituye el aceite de palma por girasol alto oleico. En este caso si consideraría que la sustitución mejora el producto. Pero solo en este aspecto porque su lista de ingredientes dista mucho de ser un alimento que consumiría a diario.
Por otro lado, tenemos un chocolate al que el azúcar se sustituye por stevia o eso dice la caja porque si nos vamos a los ingredientes observamos que el edulcorante mayoritario es el maltitol y la stevia, en último lugar, sería el edulcorante del que menor porcentaje hay en el producto.
Alteración de la biodisponibilidad de alguno de los nutrientes.
Muchos son los productos en el mercado que publicitan en sus envases una reducción del colesterol. A estos productos se les añade esteres de esteroles vegetales. Es el caso de esta leche. Escogí este producto no porque lo consuma en casa sino porque cada día veo más productos, sobre todo lácteos, con este reclamo. Existen otros productos como las galletas AvenaCol, que también anuncian una reducción de colesterol gracias al betaglucano que posee la avena. Estas galletas contienen 2,2 gramos de betaglucano por cada 100 gramos y según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para que el betaglucano haga su función y reduzca los niveles de colesterol deberíamos consumir al menos 3 gramos al día. Con lo cual tendríamos que comernos como 18 galletas. Una barbaridad.
Con esto finalizaría mi recorrido virtual por Carrefour ya que no he encontrado ningún alimento más, que no siendo lácteo, entre dentro de esta categoría.
Como conclusión me gustaría animaros a realizar una lectura consciente del etiquetado de los productos que compréis y a buscar información sobre ciertos ingredientes (siempre en webs fiables o acudiendo a profesionales).
La alimentación, como siempre digo, es un tema del día a día, del que todos, en principio, creemos "saber mucho". La realidad, en muchas ocasiones, es otra bien distinta.
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