De política va la historia. ¿Decidimos a quien votamos? ¿O somos “victimas” del poder de las redes sociales?
Un artículo realizado por M. Luz Congosto, Montse Fernández y Esteban Moro Egido nos da la respuesta. Enlace al artículo
En este caso la red escogida para el estudio fue Twitter. Esta red social se caracteriza por ser una de las mayores fuentes públicas de propagación de información en tiempo real. Con solo 140 caracteres para explayarte, imágenes o videos enlazados, permite a los usuarios transmitir mensajes de toda índole, los cuales a su vez, pueden ser retransmitidos por otros usuarios (RT). Además cuenta con la ventaja de etiquetas (hashtags) en sus mensajes, lo que facilita su clasificación. De tal manera que, recabando información, podemos llegar a saber muchísimas características sobre los usuarios de esta red social: con qué frecuencia publican, que temas son sobre los que más publican, partidos políticos más referenciados, etc. Además la retransmisión de los mensajes publicados fluye entre aquellos usuarios que comparten afinidades.
Para comprobar esto se realizó un estudio sobre unas elecciones catalanas. Haciendo uso de la teoría de grafos se obtuvo lo siguiente:
Donde los nodos, en colores distintos, serían los usuarios que retransmitieron la información y las aristas entre dos nodos corresponderían a la retransmisión del tweet desde un nodo a otro. Para el estudio se seleccionaron las comunidades más grandes.
Ahora bien, ¿son más fiables las encuestas que nos hacen por la calle sobre a quién votaremos o la información que Twitter nos aporta segundo a segundo durante un periodo de tiempo mucho más largo?
Esta red social permite a los usuarios “hablar para que todos oigan”, por tanto, está al alcance de todos los seguidores conocer las opiniones sobre programas electorales, candidatos presentados e incluso intenciones sobre a quién votará esa persona a la que seguimos.
Parece que Twitter podría ser una herramienta de predicción y aunque existen otros factores a tener en cuenta como el liderazgo del aspirante, las campañas físicas, etc se ha comprobado que aquellos aspirantes que tienen más seguidores o me gusta en sus publicaciones alcanzan mejores posiciones en las elecciones.
A continuación se muestra un gráfico (siguiendo con las elecciones catalanas) donde se puede observar una correlación entre el número de menciones a los partidos en los tweets y los votos obtenidos (a excepción de PSC).
Como vemos las redes sociales nos servirían como medidor de opiniones. No solo políticas. También referentes a otros temas como, por ejemplo, las vacunas (de las que tanto se habla actualmente) o de mercado (lanzamiento de productos).
Aunque el caso expuesto no es demasiado reciente, el lazo que une la política y las redes sociales se ha ido haciendo más fuerte a medida que pasan los años, debido al crecimiento de usuarios que han sufrido estas.
Desde mi punto de vista la mejor conclusión sería resaltar el impacto que tienen las redes en nuestra sociedad y nuestro día a día.
Y es que, actualmente, son pocos los que no viven “conectados” a alguna de ellas.
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