El periodo Edo (Periodo Tokugawa), que abarca del 1603 a 1868, marcó un antes y un después en la historia de Japón. Desde la religión, con la erradicación del cristianismo y el establecimiento del budismo (sintoísmo en menor medida), la creación de teatros kakubi, el origen de las famosas geishas o el final de los samuráis, hasta el desarrollo de unas matemáticas que denominaron wasan (wa ( 和 ), que significa Japón, y san (算), que significa cálculo), cuyo origen estaba en las matemáticas chinas y se caracterizaban por ser contrarias al yo-san o matemáticas occidentales.
Este renacimiento(genroku)vendría dado, mayormente, por su aislamiento del resto del mundo.
En esta entrada hablaremos sobre sus famosas, pero quizás no tan conocidas, matemáticas, las cuales se desarrollaron gracias al matemático Kōwa Seki (Seki Takakazu).
Como
dijimos anteriormente una de las consecuencias del aislamiento de Japón fue el
final de los samuráis, guerreros que no hacían falta en un país en el que no existían
conflictos. Por ello, se piensa que la mayoría de estos retos eran propuestos
por estos samuráis retirados, que pasarían a ser matemáticos y expondrían muchos
de sus descubrimientos en estas tablillas. Descubrimientos que en muchas
ocasiones eran similares a los que se daban en Occidente.
Estas matemáticas
fueron importantes para el desarrollo comercial y económico del país, para la
construcción e incluso para la mejora del calendario usado hasta entonces. Dichas
mejoras fueron realizadas por el astrónomo Shibukawa Shunkai en 1685. Este calendario (o Jokyo, como se le llamaba) se usó
hasta 1873, año en el que se impuso el calendario gregoriano con el objetivo,
entre otros, de mejorar la producción agraria.
Desde mi
punto de vista, la importancia de wasan reside en los sangakus, los
cuales pusieron a prueba el ingenio de toda la población japonesa, sin importar
el rango al que pertenecieran sus ciudadanos. Supieron explotar la esencia de
esta ciencia, que no es otra que valerse exclusivamente de la inteligencia que
poseemos cada uno de nosotros. Para demostrar la universalidad de la que hacen
gala las matemáticas hay que señalar que estas tablillas estaban escritas en Kanbun,
una forma de chino que no hablaban muchos ciudadanos. Aún así, gracias a las
ilustraciones, no hacía falta conocer el idioma para resolver los acertijos.
Otro
aspecto interesante es destacar que los sangakus fueron también una vía
de transmisión del conocimiento matemático. Actualmente contamos con muchos
medios para difundir ciencia, pero hay que valorar el ingenio de los japoneses
para hacerlo en este siglo.
Conocer wasan también implicaba, para ciertos ciudadanos, poseer una superioridad que no tenían aquellos que empezaron a occidentalizarse, matemáticamente hablando. Wasan fue considerado arte puro.
Por otro
lado, hay que tener presente que muy poca tecnología estaba basada en las matemáticas
japonesas. En física, por ejemplo, muchos problemas de mecánica no se podían resolver
aplicándolas. No se presentaban a través de demostraciones ni definiciones, lo
que hacía complicado que otros científicos pudieran corroborar las conclusiones
que se presentaban. Por estas, y otras razones, wasan fue cayendo en el olvido,
aunque podría ser uno de los motivos que hace que los japoneses sean muy buenos
matemáticos.
Wasan, las matemáticas japonesas del aislamiento
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